Me has guardado el sitio mientras me fui de gira al infierno, durante el breve lapso que duro el tiempo, ese que parecía eterno.
Mientras miro cristales rotos con asombro, recuerdo a Pangea.
Mientras me pinto con pinturas de guerra recuerdo a la inocencia.
Te he devuelto la mirada y me has devuelto todo, como cuando te piden un pitillo y te invitan a un porro.