sábado, 23 de noviembre de 2013
Del color de un lienzo
Una vez leí que un estudiante del Tao buscaba la verdad entre judías...
Decidió que cada vez que tuviera un pensamiento de amor metería una judía blanca en un tarro de cristal.
Cada vez que tuviese un pensamiento de miedo metería una judía negra.
Pues bien sabía que solo existían dos emociones: el amor o el miedo y sus millones de colores.
Y se puso manos a la Obra...
Al principio apenas se distinguían las judías blancas en ese mar de pensamientos caníbales, pero poco a poco, instante a instante, el blanco dejó de estar en los márgenes y se convirtió en una seria amenaza para la oscuridad.
La atención constante de la calidad de sus pensamientos le llevó a poder decidir que es lo que quería sentir... Y el tarro comenzó a llenarse de judías blancas y apenas se distinguían las penas, perdón, las negras.
Cuando el tarro pasó a ser blanco como un lienzo, dejó de meter judías, ya ninguna nube cruzaba su Mente en calma. La vida es y el que sabe no pregunta.
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